- Lisa Gordon propone gravar las compras de criptomonedas y recortar el impuesto de timbre sobre la renta variable para desplazar las inversiones hacia empresas británicas.
- Con solo 18 nuevas salidas a bolsa en 2024 y el aumento de la propiedad de criptomonedas, Gordon advierte de la disminución del apoyo del mercado local.
Lisa Gordon, directora del Cavendish Investment Bank, ha generado debate al proponer un impuesto sobre las compras de criptomonedas en el Reino Unido. Su objetivo es retirar miles de millones del mercado de criptomonedas y redirigirlos hacia acciones locales que enfrentan dificultades. Gordon expresó su preocupación por una tendencia creciente entre los jóvenes británicos que están abandonando la inversión tradicional.
«Debería aterrorizarnos a todos que más de la mitad de los menores de 45 años posean criptomonedas y nada de renta variable. Me encantaría que se redujera el impuesto sobre actos jurídicos documentados de la renta variable y se aplicara a las criptomonedas.»
Esta inquietud surge ante el rápido aumento de la propiedad de criptomonedas, mientras que la Bolsa de Londres continúa perdiendo relevancia.
Gordon subraya que esta propuesta no solo representa un cambio fiscal, sino también social. A diferencia de las criptomonedas, las acciones proporcionan capital de crecimiento a empresas que generan empleo, impulsan innovación y pagan impuestos corporativos. Según Gordon, las criptomonedas son «activos no productivos» que contribuyen poco al desarrollo económico a largo plazo.
El mercado británico enfrenta un fuerte declive: solo 18 listados en 2024
En 2024, solo 18 empresas cotizaron en la Bolsa de Londres, marcando un descenso significativo en comparación con las 18 que lo hicieron en 2023. Para empeorar la situación, 88 empresas dejaron de cotizar o se trasladaron a otros mercados, destacando una tendencia preocupante en el principal mercado de renta variable del Reino Unido.
Sin embargo, Gordon mantiene optimismo. Describe al Reino Unido como un «refugio seguro» para los mercados de valores, especialmente frente al volátil e impredecible panorama financiero de Estados Unidos. Propone revitalizar este refugio haciendo más atractivas las acciones locales mediante ajustes fiscales específicos.
Actualmente, las transacciones de acciones en la Bolsa de Londres están sujetas a un impuesto de timbre del 0,5%. Gordon argumenta que reducir este impuesto podría marcar una gran diferencia. En su visión, abaratar la compra de acciones locales mientras se introduce un impuesto similar a las criptomonedas podría redirigir la atención de los inversores hacia empresas reales vinculadas a la economía británica.
La creciente popularidad de las criptomonedas genera preocupación
El Reino Unido recauda actualmente unos 3.900 millones de libras (3.900 millones de dólares) anuales en impuestos relacionados con las inversiones. Gordon cree que un cambio fiscal estratégico –menor carga para las acciones, mayor para las criptomonedas– podría incentivar a los ahorradores a invertir en empresas que generan valor real, en lugar de activos digitales sin conexión tangible con la economía.
Su lógica es clara: ¿por qué no motivar a las personas a apoyar negocios que crean empleo y valor, en lugar de fichas digitales que carecen de raíces económicas?
Las ideas de Gordon contrastan con las tendencias mundiales. Países como Estados Unidos, Corea del Sur y El Salvador están adoptando activamente las criptomonedas. Incluso el ex presidente estadounidense Donald Trump firmó una orden ejecutiva para establecer una reserva estratégica de Bitcoin. Sin embargo, mientras otras naciones avanzan hacia los activos digitales, Gordon insta al Reino Unido a reflexionar antes de seguir ese camino.
Su propuesta pide al gobierno británico que priorice la fortaleza económica a largo plazo sobre la especulación digital a corto plazo. No se opone a la tecnología, sino que aboga por un crecimiento sostenible donde las empresas prosperen, se generen empleos y los impuestos sostengan los servicios públicos.