- El protocolo Giza informa de que las oportunidades de negociación en DeFi duran menos de tres segundos, superando significativamente los tiempos de respuesta humanos.
- Los agentes de Giza impulsados por IA ejecutan millones de operaciones al día, aumentando la eficiencia y la rentabilidad mediante el uso de tecnología avanzada de cadena de bloques.
El sector de las finanzas descentralizadas (DeFi) ha prometido desde sus inicios libertad financiera e igualdad de oportunidades. Sin embargo, en la práctica, los usuarios comunes se enfrentan a una gran cantidad de datos complejos, como precios de activos volátiles, tarifas de gas variables y estructuras de recompensas confusas. Este entorno complicado suele beneficiar a los inversores con conocimientos técnicos avanzados, generando ventajas injustas.
El 12 de marzo, un informe del Protocolo Giza destacó que los seres humanos tienen dificultades para procesar eficientemente el gran volumen de información disponible, lo que crea ventajas claras para los inversores institucionales y técnicamente capacitados. Estas disparidades contradicen directamente la visión original de DeFi, que busca una participación financiera abierta y equitativa.
La investigación de Giza demuestra que las limitaciones cognitivas humanas crean un campo de juego desigual, perjudicando las oportunidades de los usuarios promedio en los ecosistemas DeFi.
Para abordar este problema, Giza introduce agentes financieros autónomos: asistentes digitales inteligentes capaces de monitorear datos de manera constante y tomar decisiones estratégicas en tiempo real, sin fatiga ni los errores comunes asociados a los humanos.
Agentes autónomos: La nueva frontera de DeFi
Los agentes autónomos no son un concepto nuevo, pero los modelos anteriores enfrentaron desafíos significativos. Algunos dependían en gran medida de un control centralizado, lo que comprometía la seguridad de los usuarios, mientras que otros estaban tan descentralizados que su eficacia se veía afectada. Estos compromisos problemáticos limitaron la automatización financiera efectiva.
El Protocolo Giza desafía estas limitaciones tradicionales al ofrecer un marco descentralizado que permite a los agentes autónomos operar de manera segura y eficiente. Su arquitectura está diseñada para cumplir con tres necesidades clave: control no custodial para garantizar la seguridad de los activos, ejecución descentralizada pero confiable, e interoperabilidad fluida entre varios protocolos financieros.
Lo que distingue a Giza es su uso de aprendizaje automático avanzado respaldado por criptografía de conocimiento cero. Esta combinación permite cálculos financieros transparentes y confiables directamente en la cadena de bloques. El resultado son contratos inteligentes más confiables y versátiles, que brindan a los usuarios acceso equitativo a estrategias financieras sofisticadas, anteriormente reservadas para inversores institucionales.
El avance de tres niveles de Giza
La arquitectura innovadora del Protocolo Giza combina tres capas distintas, cada una diseñada para resolver un aspecto diferente del desafío en DeFi. En el núcleo, la capa de abstracción semántica conecta la lógica de la inteligencia artificial con la tecnología blockchain.
En lugar de tecnicismos complejos, los agentes de IA utilizan un lenguaje financiero directo, lo que mejora la claridad en la toma de decisiones sin comprometer la seguridad.

La capa de ejecución descentralizada asegura que las transacciones se realicen de manera eficiente y segura. Una red estructurada de nodos (nodos de entrada que distribuyen tareas, nodos ejecutores que las procesan, nodos validadores que las verifican y nodos agregadores que finalizan el consenso) garantiza una descentralización completa sin sacrificar el rendimiento o la seguridad.
La Autorización de Agentes constituye la tercera capa, permitiendo un control granular y no custodial. Los usuarios pueden delegar tareas específicas de manera segura sin arriesgar toda su cartera, estableciendo límites precisos, como límites de transacción o restricciones en ciertas interacciones de activos. Giza incorpora los Servicios Activamente Validados (AVS) de EigenLayer para asegurar que cada transacción cumpla con estrictos estándares de seguridad, reduciendo el fraude y las actividades maliciosas.