- Nexo AG demanda $3 mil millones a Bulgaria, tras investigación que dañó su imagen y planes de expansión.
- Proceso en CIADI tras desestimación del caso; Nexo busca reparar daño reputacional y recuperar pérdidas financieras.
Nexo AG, gigante de los préstamos de criptoactivos, arremete con una demanda millonaria contra Bulgaria, reclamando $3 mil millones en compensaciones tras el cierre de una investigación que, según afirma, ha vapuleado su reputación y ha mermado el valor de sus acciones. ¿Qué llevó a este coloso financiero a solicitar una suma tan exorbitante?
El conflicto arranca con una operación policial en enero de 2023, cuando fiscales búlgaros apuntaron a Nexo AG y sus fundadores, entre ellos el conocido exlegislador búlgaro Antoni Trenchev, acusándolos de delitos graves como asociación en grupo delictivo organizado, lavado de dinero, fraude fiscal y fraude informático.
Estas acusaciones no solo pesaban como una losa sobre la empresa, sino que también amenazaban con descarrilar sus ambiciosos planes de expansión, incluyendo un esperado debut en la bolsa de Estados Unidos y un lucrativo acuerdo de patrocinio en el mundo del fútbol.
Sin embargo, el caso se desmoronó como un castillo de naipes. La falta de evidencias concretas y la ausencia de un marco legal robusto para regular los servicios de criptoactivos en el país llevaron a la desestimación de las acusaciones. A pesar de ello, el daño ya estaba hecho. Nexo, alzando la voz contra lo que considera una injerencia política en el proceso judicial, no tardó en llevar su batalla al escenario internacional.
La firma no escatimó en medios y presentó su caso ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI) del Banco Mundial, un organismo que se convierte en el ring donde gigantes financieros y estados se enfrentan en disputas de calibre.
Según documentos legales, Nexo no solo busca limpiar su nombre, sino también recuperar lo que considera pérdidas millonarias infligidas por una investigación que califica de motivada políticamente y carente de base legal.
Mientras tanto, en el bando contrario, el Ministerio de Finanzas de Bulgaria adopta una postura defensiva, evitando reconocer cualquier fondo en las reclamaciones de Nexo y apostando por un análisis minucioso del caso antes de decidir los próximos pasos. La fiscalía, también señalada en la demanda, opta por el silencio, manteniendo sus cartas cerca del pecho en un juego donde cada movimiento es calculado al milímetro.
La movida de Nexo, presentando una demanda de $3 mil millones, no es solo un reflejo de las pérdidas que afirma haber sufrido, sino también una clara señal de la tensión y el conflicto que subyacen en el sector de las criptomonedas y las operaciones financieras globales.
Con cada parte atrincherada en sus posiciones, el caso promete ser un duelo legal de alto voltaje, proyectando sombras sobre el futuro de las operaciones de criptoactivos en territorios cuya legislación aún se tambalea en la cuerda floja de la innovación y la regulación.
