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  • El último informe revela que Bitcoin consume más agua que la ciudad de Nueva York, ya que se espera que este año se superen los 591.000 millones de litros.
  • Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, en 2021 Bitcoin consumió 1,6 billones de litros de agua.

Bitcoin (BTC) siempre ha estado en el centro de las discusiones, desde la política, la aplicación de la ley y las inversiones, hasta el consumo de energía. Cabe recordar que el impacto negativo de Bitcoin fue planteado recientemente con fuerza por algunos activistas medioambientales, que afirman que el activo digital emite entre 25 y 50 millones de toneladas de CO2 al año.

Según otro informe, Bitcoin consume por sí solo unos 127 teravatios-hora (TWh) anuales, una cifra superior al consumo de varios países, entre ellos Noruega. La última crítica dirigida al activo digital es su consumo de agua.

En la revista Cell Reports Sustainability, un artículo revela que Bitcoin consume más agua que Nueva York. Según las estimaciones, se espera que el consumo de los mineros de BTC supere los 591.000 millones de galones sólo en 2023. En comparación, la ciudad de Nueva York registró un consumo de 403.000 millones de galones en 2022, según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos. En 2021, el Bitcoin consumió casi 1,6 billones de litros de agua. Según Alex de Vries, de la Universidad Libre de Ámsterdam, Bitcoin no necesita consumir tanta agua.

Tienes millones de dispositivos en todo el mundo, compitiendo constantemente entre sí en un juego masivo de lo que me gusta describir como «adivina el número». Todas estas máquinas combinadas generan 500 quintillones de conjeturas cada segundo del día, sin parar, es decir, 500 con 18 ceros detrás.

Un informe desata una discusión entre críticos y defensores de Bitcoin

Según los informes, la minería de Bitcoin requiere una gran inversión de capital y grandes centros de datos que consumen cada vez más electricidad y agua. El consumo de agua se debe a las necesidades de refrigeración de los servidores informáticos. Esto se hace mediante el uso de sistemas de aire acondicionado en centrales eléctricas de gas y carbón. También puede administrarse indirectamente.

El estudio explica que cada transacción de BTC utiliza agua suficiente para llenar una piscina de patio trasero. Según Alex de Vries, esto es seis millones de veces más de lo que se utiliza en un pase medio de tarjeta de crédito.

Este informe ha suscitado discusiones en torno a la sostenibilidad de la minería de BTC. Un crítico identificado como Stephen Diehl se burló de Bitcoin en respuesta a este estudio.

Bitcoin es una de las tecnologías más derrochadoras desde el punto de vista medioambiental jamás concebidas. Además de ser una secta.

Curiosamente, un defensor de Bitcoin, Daniel Batten, cree que todo el ataque a este activo es erróneo. Según él, la medición indirecta del agua utilizada a través del consumo de electricidad falsea la huella hídrica real del activo digital.

Por el amor de Dios, al rebatir la afirmación probadamente falsa de que Bitcoin utiliza demasiada agua, por favor, NO digan que el agua forma parte de un ciclo natural, por lo que no importa. No es tan sencillo. Parecerás un ignorante. Hay una razón más simple por la que el ataque sobre Bitcoin y el agua es erróneo.

Este informe ha tenido poco impacto en el precio de BTC, ya que el activo todavía tiene un alza de precio de 24 horas del 0,79% y se cotiza a 43.903,96 dólares.

Al cierre de esta edición, BTC tenía una ganancia semanal del 15% y un sentimiento de mercado alcista con una puntuación de 63/100.

John es un experimentado escritor e investigador de criptomonedas y blockchain, con un extenso historial de años inmerso en la frontera digital en constante evolución. Con un profundo interés en el dinámico panorama de las startups emergentes, los tokens y la intrincada interacción de la oferta y la demanda en el ámbito de las criptomonedas, John aporta una gran riqueza de conocimientos. Su formación académica está marcada por una licenciatura en Geografía y Economía, una mezcla única que le ha dotado de una perspectiva multifacética. Esta diversa base educativa permite a John diseccionar los factores geográficos y económicos que influyen en el mercado de las criptomonedas, ofreciendo perspectivas que van más allá de la superficie. La dedicación de John al espacio de las criptomonedas y el blockchain no es meramente profesional, sino también personal, ya que posee una auténtica pasión por las tecnologías que sustentan esta industria revolucionaria. Con su astuta capacidad de investigación y su compromiso de mantenerse a la vanguardia de las tendencias del sector, John es una voz de confianza en el mundo de las criptomonedas, que ayuda a los lectores a navegar por el complejo y rápidamente cambiante terreno de los activos digitales y la innovación de blockchain.

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