- El Manual de Balanza de Pagos ha desatado la polémica sobre el XRP, ya que el marco del FMI implica que algunos tokens de utilidad pueden imponer obligaciones a los emisores.
- David Schwartz ha rechazado cualquier implicación de que el XRP deba clasificarse como un valor, haciendo hincapié en su función principal como moneda puente para pagos transfronterizos.
Los recientes debates en la comunidad de criptomonedas han sido impulsados por afirmaciones sobre la clasificación del Fondo Monetario Internacional (FMI) respecto a XRP, el activo digital asociado con Ripple Labs, como un valor. El FMI publicó una actualización de su Manual de Balanza de Pagos e Inversiones Internacionales (BPM7), desarrollado tras consultas con más de 160 países. Este marco introduce formalmente clasificaciones para criptomonedas, buscando estandarizar su tratamiento en las finanzas globales.
Un aspecto central del nuevo marco es determinar si una criptomoneda impone derechos financieros o pasivos a los emisores. Según el FMI, Bitcoin (BTC) no genera obligaciones financieras debido a su modelo descentralizado basado en minería. En contraste, los tokens de utilidad, comúnmente llamados altcoins, pueden imponer obligaciones a sus creadores. Algunos criptoactivos se clasifican como «títulos de deuda» si otorgan acceso futuro a bienes o servicios.
Con la inclusión de criptomonedas en su marco, el FMI reconoce su creciente relevancia en las finanzas mundiales. Sin embargo, este enfoque ha generado controversia, especialmente en relación con XRP, cuya función como moneda puente en pagos transfronterizos lo distingue de muchos otros tokens.
El CTO de Ripple responde
Ante las especulaciones sobre la clasificación de XRP, David Schwartz, director de tecnología (CTO) de Ripple, abordó directamente las afirmaciones. Rechazó categóricamente la idea de que XRP deba considerarse un valor, destacando su naturaleza descentralizada y su independencia de Ripple Labs como factores clave que excluyen tal designación.
En un post en X, Schwartz cuestionó la lógica del FMI, afirmando: «Si XRP es un token de utilidad porque puede utilizarse para pagar futuras comisiones de transacción, entonces BTC y ETH también lo son.» Basándose en este razonamiento, argumentó que si XRP se clasifica como un valor, Bitcoin (BTC) y Ethereum (ETH) también deberían serlo, contradiciendo tanto el consenso de la industria como decisiones regulatorias previas.
Schwartz también subrayó que la función principal de XRP es facilitar transacciones transfronterizas rápidas y de bajo costo, lo que lo diferencia de valores tradicionales que representan propiedad en una empresa o derechos financieros sobre un emisor. Este debate no solo ha tenido lugar en el ámbito financiero, sino también en el jurídico.
En julio de 2023, un tribunal estadounidense dictaminó que XRP no es un valor, contradiciendo las afirmaciones previas de la Comisión del Mercado de Valores de EE.UU. (SEC). El juez determinó que las ventas de XRP en exchanges no constituían un contrato de inversión, eximiéndolo de la definición legal de valor.
Recientemente, CNF informó que Ripple Labs superó la demanda de la SEC, presentada inicialmente en diciembre de 2020. Esta victoria legal ha restaurado la confianza en XRP, impulsando un aumento del 4,21% en su precio durante los últimos siete días, alcanzando un valor de 2,45 dólares. Además, las transacciones han aumentado hasta 2,77 millones de dólares, el nivel más alto de los últimos meses, señalando una mayor actividad en la red.