- El cofundador de Dogecoin, Palmer, dice que las criptomonedas son lo peor del sistema capitalista actual.
- Añadió que las criptomonedas están «diseñadas para extraer dinero de los desesperados e ingenuos financieros».
Jackson Palmer, el cocreador de la criptomoneda basada en memes Dogecoin, ha lanzado un ataque en Twitter contra la industria de las criptomonedas. Tras haber abandonado el sector en 2015, sus impactantes tuits indican que no tiene intención de volver a la criptomoneda que construyó.
Palmer ha comparado las criptomonedas con «las peores partes del sistema capitalista actual (por ejemplo, la corrupción, el fraude y la desigualdad)». Además, dijo que las criptomonedas limitan las intervenciones de protección, como las auditorías y la regulación.
Palmer explicó su sorprendente cambio de lealtades en un tuit en el que decía:
Después de años de estudio, creo que la criptomoneda es una tecnología inherentemente derechista e hipercapitalista construida principalmente para amplificar la riqueza de sus proponentes a través de una combinación de evasión de impuestos, disminución de la supervisión regulatoria y seguridad reforzada artificialmente.
«A pesar de las afirmaciones de ‘descentralización’, la industria de las criptomonedas está controlada por un poderoso cártel de figuras adineradas que, con el tiempo, han evolucionado hasta incorporar muchas de las mismas instituciones vinculadas al sistema financiero centralizado existente que supuestamente se propusieron reemplazar», decía el tuit de Palmer.
https://twitter.com/ummjackson/status/1415353984617914370
El ascenso de Dogecoin
En particular, Dogecoin recibe su nombre de un popular meme de perros de Internet. Palmer y su socio Billy Markus, también ingeniero de software, desarrollaron la moneda para burlarse de las imitaciones de Bitcoin. Desde entonces, la moneda ha ganado adeptos entre quienes buscan riqueza y una alternativa más «divertida» a monedas como Bitcoin y Ethereum.
Además, el director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, y su colega multimillonario, Mark Cuban, son conocidos defensores de DOGE, lo que ha aumentado su popularidad. DOGE es ahora la octava más grande con una capitalización de mercado de 26.000 millones de dólares, habiendo ganado un 6.000% de valor en el último año.
Dicho esto, Markus vendió todas sus participaciones en Dogecoin tras una crisis financiera personal en 2014. Sin embargo, más recientemente, el ingeniero volvió a comprar la moneda, probablemente motivado por su reciente éxito.
El capitalismo en la criptoindustria: Palmer
No obstante, Palmer sostiene que la industria de la criptomoneda se aprovecha de «una red de conexiones comerciales turbias». La industria cuenta con influenciadores pagados y «medios de comunicación de pago» que promueven la idea «de culto» de la riqueza de la noche a la mañana, añadió.
El espacio de las criptomonedas, según Palmer, está «diseñado para extraer dinero de los financieramente desesperados e ingenuos». Su arquitectura radica en el lucro de los controladores a costa de los pobres y vulnerables.
Palmer concluye su retahíla de tuits diciendo que no desea discutir, ya que las críticas a las criptomonedas «atraen las calumnias» de los poderosos controladores de la industria. Además, los inversores minoristas se han convertido en fanáticos de las criptomonedas, ya que el «futuro multimillonario» está muy arraigado en sus mentes.
El escepticismo de la industria de las criptomonedas comenzó en 2015 para Palmer, cuando se retiró de Dogecoin afirmando que era «tóxico». Más tarde, en 2018, dijo que Bitcoin era un «poco de culto» y añadía poco valor a la sociedad. Sin embargo, admitió tener algunos Bitcoin, Ethereum y Tezos, entre otros tokens.
Uno de los comentaristas, Nic Carter, de la empresa Castle Island Ventures, centrada en la cadena de bloques, dijo:
Es difícil concebir algo más despreciable que crear un clon sin mérito del bitcoin sin más utilidad que estafar a inversores despistados y luego utilizar esa notoriedad para atacar y socavar la tecnología que te hizo relevante.
Palmer, sin embargo, reitera que las criptomonedas no se alinean ahora con su «política o sistema de creencias».
