- Junta de Estabilidad Financiera (FSB) del G20 publica estudio sobre las monedas estables y presenta recomendaciones para su regulación.
- La FSB considera que las monedas estables tienen potencial para ser una amenaza para el sistema financiero.
La Junta de Estabilidad Financiera (FSB) del G20 publicó un estudio sobre los desafíos que presentan las monedas estables (stablecoins) para la economía mundial. El estudio se centra en la regulación, supervisión y presenta recomendaciones que las autoridades financieras pueden necesitar para dar una respuesta ante «una amenaza potencial». Entre las recomendaciones de supervisión, afirma el estudio, se encuentra la «acción multilateral» transfronteriza. El estudio podría ser el inicio de una tendencia con resultados desastrosos para Bitcoin, Ethereum y las principales criptomonedas.
El FSB es un organismo que coordina la actividad de las autoridades y organismos financieros de todo el mundo. Además del G-20, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, entre otros, el organismo recibe gran parte de su financiación del Banco de Pagos Internacionales, también conocido como el banco central de los bancos centrales.
El estudio define a una moneda estable como un cripto activo que mantiene un valor estable relativo a un activo especifico o un grupo de activos (traducido libremente):
A su vez, el valor de estos bienes típicamente determina o afecta el valor de mercado de un stablecoin. Un stablecoin también puede emplear algorítmico u otros medios para estabilizar o impactar su valor de mercado, por ejemplo, automáticamente ajustando su oferta en respuesta a los cambios en la demanda.
Bitcoin y la transacción libre como una amenaza
El estudio reconoce que las monedas estables tienen gran potencial para contribuir con el desarrollo del sistema de pagos globales. Una moneda estable, como la Libra de Facebook, podría permitir que los usuarios de todo el mundo tengan mayor libertad para hacer transacciones de bajo costo y podría dar acceso a millones de no bancarizados al sistema financiero internacional.
Sin embargo, el estudio también afirma que estos beneficios hacen que las monedas estables tengan el potencial de ser un riesgo para el sistema financiero y para la economía global. La FBS incluye entre los riesgo, la «sustitución de las monedas domésticas». El estudio reconoce al menos 10 amenazas en distintas áreas que van desde la protección a los inversores, la estabilidad financiera, la seguridad cibérnetica, la integridad del mercado, entre otros. El estudio aclara que, por ahora, no existe una moneda estable con las características o la capacidad necesaria para ser una amenaza, pero cualquier proyecto en desarrollo solo necesita tener una amplía base de clientes para impulsar la adopción masiva. La adopción, como explica la FBS, lleva a la amenaza (traducido libremente):
el uso de las monedas estables como medio de pago o reserva de valor podría aumentar considerablemente en el futuro, posiblemente a través de múltiples jurisdicciones. Además, las diferentes actividades dentro de una stablecoin de reserva, en particular los relacionados con la gestión de los activos de reserva, pueden aumentar los vínculos con el sistema financiero existente.
A nivel macro, las monedas estables podrían ser una amenaza, afirma el estudio, si el número de usuarios que las adopta crece y un país depende de esta clase de activos (traducido libremente):
Durante los períodos de tensión, los hogares de algunos países podrían llegar a considerar a las (stablecoins) como almacén seguro de valor sobre las monedas fiduciarias existentes y exacerban el capital desestabilizador flujos. Las corrientes de capital volátiles pueden tener un efecto desestabilizador en los tipos de cambio y en los financiación e intermediación bancaria.
Para dar una respuesta a la amenaza potencial de una moneda estable, la FSB propone crear incrementar la cooperación entre organismos para ejecutar la aplicación de la ley. En esa área se podrá intercambiar «información confidencial» entre los organismos asociados. Una medida que si se aplica podría afectar no solo a las monedas estables, sino al Bitcoin y el resto del criptomercado debido a su gran dependencia en las stablecoins.
Una cooperación como la que contempla la FSB podría permitir que instituciones financieras, intercambios y otras partes de la industria de criptomonedas deban compartir información para operar. Esto violaría la confidencialidad de los usuarios de BTC, reduciendo la cantidad de usuarios que pueden tener acceso a la criptomoneda. Afortunadamente, las herramientas que permiten mayor confidencialidad a los usuarios de BTC podrían crear un balance a las medidas propuestas por la FSB.
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