Rompiendo estereotipos: El verdadero impacto medioambiental de la minería de Bitcoin

• Expertos en Bitcoin han redactado un nuevo artículo en el que atacan las afirmaciones generalizadas, normalmente engañosas y sin fundamento, especialmente por parte de los políticos, de que Bitcoin es perjudicial para el medio ambiente.
• Los autores, entre los que se encuentran Nic Carter y Dennis Porter, sostienen que la interrumpibilidad de los mineros de Bitcoin durante las temporadas de máxima demanda es positiva para la red, ya que contribuye a la flexibilidad.

«¡Bitcoin está dañando el planeta!» ¿Cuántas veces ha oído esto en los últimos años, ya sea por parte de políticos, economistas, ecologistas o los principales medios de comunicación? Un equipo de expertos en Bitcoin ha publicado un nuevo artículo para rebatir estas afirmaciones, la mayoría de las cuales son erróneas o muy exageradas.

Además de disipar las medias verdades y desmentir los mitos en torno a la minería de BTC y su uso energético, el documento propone que esta industria es «un posible catalizador para acelerar el cambio global hacia la energía limpia y la gestión eficaz de la red eléctrica».

Señala que en el panorama de los sistemas energéticos, en constante evolución, la capacidad de los usuarios para responder a un cambio en la demanda y manejar recursos de carga flexibles se ha convertido en algo crítico. Los mineros de Bitcoin son líderes en estos dos aspectos, argumentan los autores, ya que poseen características inherentes de respuesta rápida y son fácilmente interrumpibles, lo que mejora la flexibilidad de la red.

Como se ha demostrado en varios países, desde Estados Unidos a Islandia, los mineros de Bitcoin destacan por utilizar energía que de otro modo se habría desperdiciado. Esto los convierte en agentes principales «para mejorar la eficiencia de la red y facilitar el rápido crecimiento de la producción de energías renovables».

Aprovechando sus atributos únicos, los mineros de Bitcoin demuestran cómo podrían contribuir a la próxima transición energética, poniendo de relieve la potencia de la innovación financiera y tecnológica transversal para dar forma a un marco energético sostenible e interconectado.

La minería de Bitcoin no está derritiendo el planeta

El autor del documento es Dennis Porter, director general de Satoshi Act Fund, una organización sin ánimo de lucro que ayuda a los legisladores a formular normativas que fomenten la innovación y protejan a los inversores. También han colaborado Nic Carter, de Castle Islands Ventures, y Shaun Connell, CEO de Lancium, una empresa texana dedicada a las energías renovables.

Brad Jones, antiguo Director General de ERCOT, operador de la red de Texas. Jones estuvo muy involucrado en los esfuerzos para hacer de Texas un paraíso para la minería de criptomonedas y firmó acuerdos con los principales mineros antes de fallecer a principios de este mes.

Texas era un objetivo clave para el equipo de autores. El operador de la red del estado ha firmado acuerdos con los mineros en los que se les exige que apaguen sus equipos de minería si la demanda de los consumidores al por menor se dispara. Se les compensa por ello, un acuerdo que ha sido criticado por algunos legisladores, encabezados por la senadora demócrata Elizabeth Warren.

Lo que hace el acuerdo es garantizar que, en épocas de baja demanda, todo el excedente de energía vaya a parar a una industria generadora de ingresos cuyos interesados pagan impuestos y dan trabajo a cientos de lugareños.

El documento rechaza muchos de los argumentos en contra de la explotación minera de BTC. Mientras que los políticos han afirmado que la industria está dañando el medio ambiente, el documento afirma que la minería es «una herramienta importante para ayudar a reducir las emisiones de carbono», ya que monetiza los gases residuales.

El impacto global de Bitcoin en la demanda mundial de energía y el cambio climático sigue siendo complejo, con datos emergentes que sugieren que sus efectos podrían ser más matizados de lo que se cree convencionalmente.