- Diez países, entre ellos China, Rusia e Irak, han impuesto estrictas restricciones o prohibiciones totales de las criptomonedas, alegando problemas de estabilidad financiera, prevención del fraude y control económico.
- A pesar de las duras medidas represivas, el comercio clandestino de criptomonedas sigue estando muy extendido, y países como China ocupan un lugar destacado en la adopción mundial, al tiempo que aplican estrictas regulaciones.
Las medidas regulatorias contra las criptomonedas se intensifican en diez países que establecen limitaciones o prohibiciones completas. China, Rusia e Irak fundamentan estas decisiones en la protección de la estabilidad financiera, prevención del fraude y control económico.
La revista CEOWORLD publica un estudio que detalla cómo los gobiernos responden a los desafíos de las monedas descentralizadas. Las naciones aplican diferentes niveles de control, desde prohibiciones totales hasta regulaciones específicas. Las transacciones entre pares continúan a pesar de estas restricciones.
Medidas en China y su mercado no regulado
China mantiene su política restrictiva desde 2017, cuando prohibió los intercambios de criptomonedas, y posteriormente extendió las limitaciones a entidades financieras y minería. Los datos de Chainalysis ubican a China en la posición 20 del Índice Global de Adopción de Cripto en 2024, lo que indica la persistencia del comercio no regulado.
El gobierno chino prioriza el desarrollo del yuan digital, su moneda digital de banco central (CBDC). Las pruebas piloto de esta alternativa centralizada avanzan mientras las autoridades sostienen que ofrece mayor seguridad que las criptomonedas descentralizadas.
Irak reforzó sus restricciones mediante una prohibición implementada por su banco central en 2017. Las autoridades señalaron la inestabilidad de precios, actividades ilícitas y protección al consumidor como factores decisivos. El Comité Supremo de Fatwa del Gobierno Regional del Kurdistán consolidó esta postura en 2018 con un dictamen contra OneCoin.
Enfoque regulatorio en Rusia
El Banco Central de Rusia consideró una prohibición total de transacciones y minería de criptomonedas en 2022. La decisión final se inclinó por establecer un marco regulatorio en lugar de una prohibición absoluta. La minería permanece legal, pero se mantienen restricciones para pagos domésticos con criptomonedas.
Egipto mantiene una posición restrictiva sin llegar a la prohibición total. El banco central emite advertencias sobre transacciones digitales, mientras algunos intercambios operan bajo complejas normativas. El debate incluye interpretaciones religiosas, con eruditos islámicos que clasifican las criptomonedas como haram por sus características especulativas.
Afganistán, bajo administración talibán, implementó medidas más severas. Las autoridades renovaron la prohibición de criptomonedas en 2022, citando inestabilidad financiera y fraude. La aplicación incluye arrestos y cierres de centros de intercambio en Herat.
Restricciones en África y Asia Meridional
Las naciones africanas y del sur asiático intensifican sus controles. Argelia prohíbe las criptomonedas por riesgos a la estabilidad económica. El comercio informal persiste, evidenciando las dificultades para regular actividades financieras descentralizadas.
Bangladesh mantiene su prohibición desde 2017, con sanciones que incluyen multas y penas de prisión. Nepal aplica medidas contra comerciantes e intercambios no autorizados para preservar la estabilidad financiera.
Marruecos prohibió las transacciones con criptomonedas en 2017, pero mantiene una posición relevante en intercambios de Bitcoin entre pares en África. El Bank Al-Maghrib prepara legislación para regular las criptomonedas.
Cambio regulatorio en Bolivia
Bolivia modificó su postura restrictiva vigente desde 2014. En junio de 2024, las autoridades autorizaron a instituciones financieras reguladas procesar transacciones de criptomonedas mediante canales electrónicos aprobados.
Esta modificación contrasta con la tendencia global hacia mayores restricciones. La decisión indica una posible transición en el enfoque regulatorio de algunos países, que optan por la supervisión en lugar de la prohibición total.